lunes, 30 de diciembre de 2013

Pozos de Ambición

Título original: There Will Be Blood

Título hispanoamericano: La Granja de Vacas

Director: Paul Thomas Anderson

Año: 2007

Género: Emprendedor norteamericano vive en su propia carne el progreso de su nación a la vez que se enfrenta al aislamiento con su comunidad y se enfrenta al fundamentalismo presbiteriano / Drama / Realismo / Naturalismo / Adaptaciones de Emilia Pardo Bazán / Hombres sudorosos y aceitosos / Daniel Day Lewis vintage

J. y M. aman esta película con pasión y sin ambición.

Daniel Plainview es el dueño de la modesta empresa Dawson Brothers, una industria de explotación del petróleo: obliga al fluído fósil a trabajar durante largas jornadas en condiciones paupérrimas para fabricar zapatillas de petróleo, las más deliciosas al sur del río Wachakimpoue. En uno de los yacimientos se encuentra un bebé abandonado que había sido criado por los monos del petróleo (una especie tristemente extinta debido a la calidad de su carne, todo un ejemplo para los Macaca Fuscata). Juntos vivirán diversas aventuras, como la explosión que deja sordo a uno de ellos o el trayecto hacia el tren con la intención de abandonar al mismo.

Todos quieren un pedacito de Daniel

Su antagonista en este distrito es el vicario Eli Sunday, alérgico a los dinosaurios (tanto a la herética idea de su existencia como a los restos físicos y las galletas comercializadas por la empresa Artiach). Pese a la obstaculización de Jesucristo, Plainview consigue hacerse con el favor del pueblo prometiendo la construcción de casas, hospitales, escuelas e institutos, todos ellos elaborados con el mejor petróleo de su cosecha. Eli, sin embargo, promete la felicidad eterna en esta vida en la siguiente. Plainview lo ve y añade una ración de salchichas semanales para todo el pueblo. Eli, viéndose incapaz de superar esa oferta, se suicida dándose golpes con un bolo en la mansión de Daniel Plainview veinte años después de haber finalizado el conflicto entre ellos.

"No digas palabrostias, follastero"

PTA saca su lado más retro en esta ópera de dimensiones épicas con la materialización de William Day-Lewis (que cambió su nombre a Daniel para meterse mejor en el personaje) y Paul Dano. Una obra nominada a numerosos Oscar y ganadora del Oso de Plata (es un premio de verdad, googleadlo) al mejor director (PTAnderson).
Un padre ejemplar

J. se sintió muy identificado con el personaje de Day-Lewis, sobre todo cuando le reprochó al dueño de la multinacional rival sus lecciones sobre paternidad a principios del siglo XX.

M. lo flipó con ella y sacó al recreacionista de la Guerra de Secesión que hay en él.

Ver una película de Paul Thomas Anderson es como visitar una iglesia de madera

Conclusión: Una película antinarrativa y antibonita. Paul Thomas Anderson se vio Lo que el Viento se Llevó y se le olvidó todo cuando empezó a hacer la película. Anderson nos trae una McPollo: se come rápido y se olvida pronto. 9/10

 Divertíos como sepáis y hasta la próxima reseña

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